A Víctor Moré Farrés (29 de marzo 1940), lo conocen casi todos en Quemado de Güines y sus territorios aledaños. Y es que este gigantón de 69 años de edad,
Entre los momentos agradables de su vida se hallan el 8 de marzo de 1984, cuando contrajo matrimonio con Milagros Estrada Ruiz, Cuca, con quien ha compartido los momentos felices y los sinsabores durante los últimos 25 años. Moré se jubiló en el año 2000; pero sigue como siempre, sonriente, con calma, “pues la vida sigue y uno es el que se va”.
EL BÉISBOL EN MI
Yo jugaba pelota desde mi niñez, siempre en los jardines. Desde muchacho fui buen fildeador; pero, no era bateador. Lo que sí tenía mucha fuerza; pero no era bateador, definitivamente. Comencé a jugar desde los diez años aproximadamente; después formé parte de equipos de mayores en el municipio de Placetas, donde integré la novena de mayores. Siempre me percaté que no producía a la ofensiva como otros en el conjunto. El béisbol me gustaba tanto que me mantuve jugando, hasta que regresé para Quemado de Güines, mi tierra natal. Aquí intenté reincorporarse al juego pero me convencí que no era el pelotero que quería ser. Fue entonces que con el amigo Rolando Rivero Vila-Mosca Prieta- hicimos una novena y comencé a dirigir pues siempre me gustó saber de la pelota por dentro, sus reglas, sus técnicas, todo. Se conformaron entonces, allá por 1961, 16 equipos de segunda Categoría. En esa época Ignacio Arredondo, Macho Tumbacoco, era el Director de Deportes, el primero en
Mientras dirigía en
MILDESTEIN: “Oye, Moré, tú no das pelotero”
MORÉ: “Yo se que no doy pelotero, pero me gusta mucho este deporte”
MILDESTEIN: “Hombre, métete a ampalla”
MORÉ: “Me gusta ser ampalla; pero en Quemado de Güines no hay árbitros con quienes aprender”
MILDESTEIN: “Yo te voy a avisar para que vayas a un curso conmigo”
MORÉ: “Espero de Usted ese aviso”
Y así sucedió. Finalicé un curso en Santa Clara con buenos resultados y comencé a trabajar como árbitro en Primera Categoría.
POCOS PROBLEMAS EN EL TERRENO …
El árbitro de calidad tiene pocos problemas. Tiene que saber tratar a los atletas porque todos, incluidos los directores de los equipos, son diferentes, tienes que haberlos estudiado uno por uno pues el árbitro es como un juez que investiga a quien le va a hacer un juicio. El ampalla siempre le está celebrando un juicio a cada pelotero y tiene que trabajar con calidad para evitar los problemas. Uno puede equivocarse, como es lógico; pero, claro, cuanto menos te equivocas, más respeto te vas ganando y yo tuve la suerte de ganarme ese respeto, con mi desempeño en cada partido.
RECUERDOS ...
El público muchas veces no conoce el trabajo del árbitro, en la mayoría de los casos son tus propios compañeros quienes te dicen como lo hiciste. También hay peloteros que saben de pelota y cuando finaliza el choque, se te acercan y te felicitan. Esa es la mayor satisfacción.
Recuerdo una vez en que trabajé como principal y lanzaba el derecho Aniceto Montes de Oca, pitcher del municipio de Camajuaní, quien perdiera tremendo partido frente a Corralillo y me dijo:”Óigame, ¡Que clase de trabajo usted hizo. Yo perdí; pero usted ganó!” Y eso me hizo el hombre más feliz del mundo en ese momento.
AUN …
Fíjate si a mi me gusta la pelota y el arbitraje en particular, que incluso estando retirado de esos menesteres, todavía voy al estadio y valoro para mi, claro, el movimiento de los árbitros en el terreno, las posibilidades de los jugadores …y eso me hace sentir bien. Y es que en la pelota, muchos dicen ser sabios; pero, en realidad, nadie sabe nada, siempre se dan situaciones nuevas y hay que saberlas enfrentar: Esa es la escuela.
Yo voy al terreno a ver el equipo de aquí. A veces no es de los mejores, pero voy y lo veo, converso con los peloteros, con árbitros, siempre con respeto para todos: JAMÁS LE HE GRITADO A NADIE EN UN TERRENO DE PELOTA, NI CUANDO JUGABA, NI CUANDO DIRIGÍA, NI AHORA QUE LOS VEO DEDE LAS GRADAS.
Yo atiendo a todo el mundo. A los muchachos les hablo más. Converso de cualquier tema beisbolero. Hay quienes piensan que siempre tienen la razón, sabiendo uno que están equivocados; pero, bueno, esos son sus criterios y se los respeto. Trato de no contradecirlos, solo les digo lo que pienso. Eso sí, nunca me ha gustado que me hablen mal de los peloteros.
ESPERO ... Vivir hasta que Dios quiera y que me de fuerzas para ir al terreno a ver la pelota, poder hablar con los amigos en la calle como lo hago todos los días en mi querido Quemado de Güines. Me gusta que me vean como lo que yo fui, soy y seré: UN AMIGO DEL PUEBLO.
Colaboradores: Lizandra Franco Méndez, Fermín Castellón Fleites, Juan Miguel Colás Ortiz