miércoles, 20 de enero de 2010

EL AÑO LUNAR

El siguiente trabajo lo he tomado del períodico Granma, gracias al colega Freddy Pérez Cabrera.
-Como el que no quiere las cosas, el quemadense Ramón Lunar, el jovencito que asombró al público cubano con los cuatro jonrones conectados en los play off del pasado año, ocupa primeros lugares en la mayoría de los casilleros de bateo de la actual Serie Nacional del béisbol cubano.
Salido de la Liga de Desarrollo, desde el principio demostró credenciales de buen bateador. Aún se recuerda el batazo propinado al supersónico Vladimir García para sepultar a Ciego de Ávila en la final oriental, con el cual sumó ocho cuadrangulares, incluyendo la etapa regular.Para confirmar que lo del pasado año no fue casualidad, en la presente contienda el ídolo de Quemado de Güines se ha soltado a batear, y al concluir el juego 56 de su equipo —antes de la subserie versus Santiago, iniciada ayer— ya acumulaba guarismos de privilegio en los principales indicadores de este departamento.Con un average de 371, el noveno de la justa; ha bateado 76 jits, el séptimo en la lista; 14 jonrones, contando el que tiene congelado con Metropolitanos, el séptimo empatado con otros jugadores; es también el quinto en total de bases recorridas, con 128, solo superado por hombres de la talla del granéense Alfredo Despaigne, el espirituano Yulieski Gourriel, el cienfueguero José Dariel Abreu y el guantanamero Kenen Bailly, además de poseer un envidiable slugging de 624, el octavo mejor de la actual campaña.Para que se tenga una idea del paso que lleva el novel pelotero de Villa Clara, y sin ánimos de comparar, baste decir que su frecuencia de jonrones, incluyendo la serie anterior y ésta, es de 15,86, solo superada por los consagrados Romelio Martínez (12,84), Orestes Kindelán (13,32), Lázaro Junco (14,27), Omar Linares (14,56) y Pedro José Rodríguez (14,58), todos retirados y por delante de hombres como Alfredo Despaigne (16, 47) y Yulieski Gourriel (17,93).A la defensa, a pesar de haber jugado cuatro posiciones — todos los jardines y la tercera base—, lo ha hecho de maravillas. En las dos series en las que ha participado solo acumula dos errores, lo cual demuestra la utilidad de este pelotero, aunque su fuerte es el bateo."Me concentro mucho antes de ir al home, estudio al pitcher desde el dogaut y cuando voy al rectángulo solo pienso en conectarle bien a la bola, y con fuerza. No salgo a buscar el jonrón, eso sale, creo que la velocidad de mi swing me ayuda", expresó a este reportero minutos antes de comenzar la subserie contra Industriales.“Esperaba estos resultados porque el entrenamiento resultó muy bueno. La dirección del equipo, en especial el mentor Eduardo Martín, me ha ayudado mucho. No tengo preferencia por ningún lanzador, aunque bateo mejor a los zurdos”, aseguró.Sobre la variedad de posiciones desempeñadas, alega que prefiere los jardines, sobre todo el central, porque le da mayor movilidad, aunque estará donde más falta haga al equipo.Con 22 años y 1,88 de estatura, el número 66 de los naranjas, tiene un mundo por delante para llegar a ser como el villaclareño Víctor Mesa o los santiagueros Antonio Pacheco y Kindelán, a quienes considera sus ídolos en la pelota, por lo pronto está haciendo lo más difícil en el béisbol, batear con abundancia y oportunidad. De continuar por ese camino mucho se hablará en el futuro del quemadense Ramón Lunar Armenteros.
AUTOR: FREDDY PÉREZ CABRERA, Corresponsal del periódico GRANMA en Villa Clara.

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