jueves, 24 de septiembre de 2009

VOLVIERA A SER MAESTRA

Cuando se desempeñaba como Directora de Educación en Quemado de Güines, Esther Pérez Hernández realizaba un viaje a para visitar a los jóvenes de este territorio que se formaban como maestros en La Habana, los llamados Valientes; sin embargo, ese día, el 13 de enero de 2004, más que convertirse en un momento feliz, ha quedado entre los más tristes de su vida pues un accidente del tránsito la tuvo entre la vida y la muerte por un largo período de tiempo. Gracias a las atenciones en el Hospital Frank País, al apoyo de sus familiares y los compañeros de labor y su fuerza de voluntad, al año ya estaba de nuevo incorporada al trabajo.

Siempre me gustó ser maestra. Estudié esa carrera y me siento maestra. Me encanta trabajar con niños pequeños, aunque la mayor parte del tiempo en Educación la dediqué a la formación de los educadores del nivel primario. Me fascina laborar con los adolescentes, los jóvenes; pero la predilección ha sido por primaria, de primero a sexto grado. Me siento feliz. Tengo alumnos que son compañeros de trabajo, otros son médicos, ingenieros, dirigentes en diferentes niveles y provincias.

Esther archiva varios reconocimientos entre los que sobresalen un viaje de estímulo en 1989, a la ya desintegrada Unión Soviética, los primeros lugares que ocupó la educación quemadense en Villa Clara durante los años que dirigió los destinos del sector en La Tierra del Guajirigallo, la medalla Rafael María de Mendive, por 25 años de servicios y la medalla Por la Educación Cubana, así como la misión que cumplió en Méjico para en censo de personas con discapacidades, entre otros diplomas.

-La Educación es lo más grande que hay. Sin ella es difícil que un país avance, por lo tanto ser Maestro es una labor muy linda, se ven los resultados. Le sugiero a los jóvenes que no le teman a esta profesión. Es una carrera trabajosa porque hay que dedicarle la vida entera; pero se ven los frutos del quehacer diario. Los que opten por ella tienen que leer, estudiar, en fin, prepararse siempre. El Maestro sí tiene que estar preparado y actualizado.


Esther Pérez Hernández, una quemadense de pura cepa, se incorporó a los estudios de Magisterio cuando tenía solamente 13 años de edad y, después de 5 lustros, finalizó esa preparación en la tercera graduación de la escuela Antón Makarenko, dedicada a la formación de Maestros del nivel primario, es decir, de primero a sexto grados. Para que se tenga una idea de las exigencias de estos cursos, en esa ocasión se incorporaron 12 quemadenses y se graduaron ella y otras dos mujeres: Isabel Betancourt Ortiz y Berta Moré.

Una vez concluida esta etapa de formación, Esther inició su vida laboral en el entonces Concentrado Urbano y Rural José Martí, para estudiantes de primaria, hasta sexto grado, donde impartió la asignatura de Matemática. Transcurridos dos años en estos menesteres, vendría un largo período de 24 años en la Dirección Municipal, como Inspectora, Asesora y Metodóloga, después, casi 5 cursos como Directora de la Escuela Especial Hermano Saíz. De 1998 al 2005 fue la Directora Municipal de Educación.

Sobrevino en esa etapa el fatídico accidente del tránsito, que la obligó a trasladarse de trabajo dentro del sector, para incorporarse como Psicopedagoga en el Centro de Diagnóstico y Orientación, donde se atienden niños con discapacidades; pero, ante las limitaciones para moverse por el territorio debido a las secuelas del accidente, decide trasladarse de Educación para la sede del Gobierno Municipal, donde labora en la actualidad. Desde esta nueva responsabilidad, mantiene la vinculación con el Magisterio pues imparte clases a los universitarios en su tierra natal.

Esther se emociona bastante cuando habla de su hermana María Caridad Pérez Hernández, con más de 40 años de experiencia como maestra, ubicada en la actualidad en la escuela primaria Jorge Dimitrov, en el municipio de Marianao, de la Capital cubana y le concede gran importancia para poder mantenerse en activo al apoyo de su esposo Oscar Alonso López, jubilado y su hijo Yudelvys Alonso Pérez, Licenciado en Ciencias Informáticas.


Los que la conocen saben de su dedicación al trabajo, especialmente a la formación de Maestros a la que dedicó la mayor parte del tiempo en Educación. Capaz de conversar sobre cualquier tema, aunque muy reservada cuando debe mencionar los resultados de su labor. Su andar por las calles de La Tierra del Guajirigallo la hacen revivir momentos inolvidables, sus alumnos han crecido, se han formado, ya son técnicos o profesionales, compañeros de trabajo … y Esther sigue igual, donde quiera que esté: Pensando como educadora porque eso nació con ella y la sigue acompañando.


-Seguro que sí. Si pudiera empezar otra vez, volviera a ser Maestra.


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